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¿Cómo apreciar una buena película mexicana?

Tiempo de lectura aproximado: 7 minutos

Vivimos acostumbrados a consumir productos extranjeros: en música, cine o cualquier tipo de entretenimiento, e incluso llegamos a creer que esto sucede porque en nuestro país no se genera contenido de calidad. Cuando tenemos la suerte de encontrar una película mexicana en la cartelera del cine, suele ser alguna estupidez como Mirreyes vs Godínez o cualquier tipo de comedia mediocre. Pareciera que se busca perpetuar el prejuicio de los mexicanos como personas “desmadrosas” y tontas, absorbiendo cualquier tipo de profundidad que caracteriza a un ser humano normal.

Sin embargo, el verdadero problema no radica en que no existan buenas películas mexicanas, sino que a las buenas películas no se les da la divulgación que merecen y, lo peor de todo, el mismo público no sabe apreciarlas. Cuando no se les da una trama digerible y chusca, pierden el interés y concluyen que es una película aburrida o demasiado densa. Es por eso que el día de hoy te recomiendo Chicuarotes y te doy unos puntos a tomar en consideración para que puedas verla con unos ojos que te permitan valorarla como se merece.


La música

Personalmente, al crecer viendo películas de Hollywood con un soundtrack perfecto, me preguntaba por qué mi vida no tenía un soundtrack así. En ocasiones vivía anécdotas increíbles con una cumbia de fondo que hacía que retumbaran las paredes a tres casas de distancia y me molestaba. ¿Un poquito más romántico no se puede? Pues no, porque México es imperfecto y estas imperfecciones están maravillosamente retratadas en Chicuarotes. Si prestas atención escuchas las mismas cumbias en uno de los momentos más tensos de la película, puedes escuchar los ladridos de los perros callejeros, el escándalo del pueblo y más.


El ambiente

Muchas de estas imperfecciones son detalles que podrían pasar inadvertidos debido a lo acostumbrados que estamos a verlos: la casa del Cagalera tiene cortinas en vez de puertas, se aprecian los ladrillos sin pintar ni trabajar, hay decoraciones en las paredes que probablemente hayan sido heredados por su abuela, etc. Todos conocemos una casa mexicana así y Gael García Bernal, el director, tuvo la habilidad de retratar una realidad a la perfección.

El idioma

México es un país muy vasto en cultura y en acentos a través de los distintos estados; el más característico es el acento chilango, que todos conocemos pero muy pocos sabemos imitar a la perfección. Sin embargo el Cagalera es el chilango por definición: todas sus expresiones, sus modismos, su cinismo y su personalidad definen al típico mexicano pícaro que ve por sí mismo antes de los demás. El guión de Chicuarotes está perfectamente trabajado y si te tomas el tiempo de poner atención a las frases que decidieron usar (como “ahí se comen un bolillito pa’l susto”) podrás disfrutar la relación que comparte con la realidad.


El contexto cultural

La historia de Chicuarotes está basada en las condiciones socioculturales que rodean al mexicano de clase baja: la inseguridad, la falta de oportunidades, el maltrato intrafamiliar arraigado al machismo, la relación que mantienen las colonias con los delincuentes, entre muchos otros factores. Personalmente me encanta el contexto familiar que rodea al Cagalera, ya que creo que todo mexicano ha conocido a una familia desafortunada en la que el padre alcohólico gasta todo su dinero en emborracharse mientras la madre sumisa intenta mantener a los hijos que viven bajo la sombra del maltrato de su padre.

Los personajes


El Cagalera no es el único personaje bien desarrollado de Chicuarotes, sino que me atrevería a decir que lo son todos. Su hermana, una chica callada pero tenaz que siempre aparece usando el uniforme de su secundaria. Su padre, un bastardo alcohólico que no hace más que empeorar la vida de los que lo rodean y jugar cartas con sus compas. El Chillamil, un delincuente carismático recién salido de la cárcel que busca proteger su territorio mientras se come unos cacahuates, y la madre del Cagalera, una mujer sumisa bajo el yugo de su esposo cuya prioridad siempre será el bienestar de sus hijos.


Chicuarotes relata una historia cruda y desafortunada donde las cosas van de mal en peor. Donde una mala decisión lleva a otra, y a otra, hasta que es demasiado tarde. Relata una historia que creo que debe haber sido vivida en más de una ocasión en nuestro país, y la retrata de una forma artística y cautivadora. Totalmente recomendada si quieres conocer del buen cine mexicano y terminar un poco abrumado por lo que implica cruzar la línea entre lo bueno y lo malo.

Infografía por Merca2.0






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