¿Cree usted en brujas?
En la actualidad todos hemos sido testigos de la falta de originalidad que atormenta a Hollywood, donde año con año nos presentan historias ya conocidas en forma de remakes o reboots pésimos, explotando el argumento de la innovación tecnológica como podemos ver en El Rey León, El Libro de la Selva, Aladdín y demás. Una característica que comparten en común todas estas producciones es que son malas e innecesarias: es la misma historia con los mismos personajes y mismos encuadres.
Es por esto que personalmente estoy casi en contra de los remakes ya que preferiría que una buena película permaneciera con su pureza y naturalidad original, sin embargo, el caso de Suspiria, una película original de 1977 con una versión del 2018, es uno de los pocos ejemplos de cómo un remake puede ser bueno si se respeta el concepto original y, en vez de únicamente copiar y pegar lo ya conocido, se reinterpreta la idea del director.Cada una de las versiones de Suspiria es una fiel representación a las corrientes cinematográficas de la época en la que se llevaron a cabo; la versión italiana de 1977 fue dirigida por Dario Argento, perteneciente al género italiano giallo que gira en torno a temáticas de suspenso, terror, crimen y misterio. Pueden considerarse como novelas policiacas italianas que sirvieron como inspiración para el género slasher que tomó mayor relevancia en la década de los ochentas.
Suspiria (de 1977) es considerada por su director como un cuento de hadas para adultos, mientras que CoffeTV la considera “un cuento de hadas oscuro que no nos cuenta mucho”: esto debido a que no se le da demasiada importancia al desarrollo de sus personajes ni a las historias detrás de estos, sino que se enfoca más en la estética fantástica que hace sentir al espectador como si estuviera en un sueño.
Por otro lado, la versión estadounidense del 2018 dirigida por Luca Guadagnino se inclina más hacia un género en desarrollo: el art house horror, un subgénero del horror que busca experimentar con los usos artísticos del terror. Utiliza una paleta de colores más sobria para generar una atmósfera de incomodidad y frialdad y, a su vez, para darle mayor realismo a la entrega. Dario Argento consideró que el remake de Suspiria “traicionó el espíritu de la original” aunque muchos críticos consideran que es uno de los remakes mejor logrados de la actualidad.El punto fuerte del remake de Suspiria es que no es una copia exacta de su versión original, sino que únicamente se basó en el concepto de una bailarina extranjera que llega a una academia de baile para descubrir que está liderada por brujas. Es por esto que la versión del 2018 podría ser una película completamente ajena a la versión original de 1977, incluso podría considerarse que el título de “remake” le queda corto y que es el principal problema al que se enfrenta la obra, debido a que es inevitable comparar ambas entregas y “escoger” la mejor de entre las dos versiones. La versión original es icónica y sirvió como antecedente de muchas de las mejores películas de terror de la actualidad, sin embargo, la versión de Guadagnino no tiene nada que pedirle a la original ni tendría por qué menospreciarse. Considero que ambas son una película dirigida al público de su época y, si bien la de 1977 tiene puntos débiles causados directamente por las limitaciones de su tiempo, la del 2018 brinda una experiencia inolvidable para los espectadores precisamente por las posibilidades tecnológicas actuales.Te recomiendo ampliamente ver ambas versiones para que saques tu propia conclusión: por mi parte, sinceramente preferí la versión actual y lamento no poder apreciar en su totalidad la versión original. Sin embargo, ambas son increíbles películas que demostraron que existe la posibilidad de realizar un buen remake que aporte sensaciones nuevas mientras se adapta a las corrientes cinematográficas actuales.
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