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¿Enfermedades mentales o posesiones sobrenaturales?

Tiempo de lectura aproximado: 6 minutos.

Es interesante analizar las diversas interpretaciones personales de los directores respecto a nuestra realidad. Algo que siempre ha llamado mucho mi atención es la manera en la que se representan de manera no literal las enfermedades mentales, ya que en la realidad no se nos presenta un monstruo sombrío de tres metros que nos persiga y obligue a hacer cosas en contra de nuestra voluntad, pero existen sensaciones que podrían representarse de esta manera. ¿No te queda muy claro? En esta entrada te daré algunas recomendaciones y ejemplos de estos casos.

The Babadook

Nos presentan la historia de una familia disfuncional conformada por Amelia, una madre soltera y desgastada por la crianza de su hijo Samuel, un niño malcriado e intolerable. El padre de Samuel murió en un accidente justo en el momento en el que llevaba a Amelia al hospital para parir a su hijo; Samuel nació el día de la muerte de su padre y Amelia ha sido incapaz de superar esta pérdida. Es entonces que, en forma de un libro infantil, se nos presenta el Babadook; un monstruo que vive en el closet y que esperará acechante al momento en el que la familia le permita entrar a sus vidas para destruirlas. 



El Babadook es la representación del duelo con el que Amelia se niega a lidiar: acumuló todas las pertenencias de su fallecido esposo en el sótano y, siete años después de lo sucedido, sigue siendo incapaz de mencionarlo en una conversación, además de que Samuel nunca ha festejado un cumpleaños. Por esto y demás razones el Babadook se materializa y comienza a tomar poder; en el cuento se especifica que cuanto más lo niegues, más fuerza cobrará y poco a poco Amelia comienza a notar los estragos causados por este ente... ¿o es que comienza a perder la cabeza? Al final ¿el Babadook era real o fue todo parte de la imaginación corrompida de esta familia?


Relic

El antagonista principal de Relic es la demencia. Edna, una anciana que vive sola, desaparece sin dejar rastro, por lo que su hija Kay y su nieta Sam acuden a su casa a investigar cuál es el problema, donde rápidamente descubren que el descuido y la decadencia se han apoderado del hogar de Edna, lo cual es una representación clara del desgaste mental al que se ha visto expuesta. 



Días después Edna reaparece sin recordar dónde había estado y, por comportamientos extraños, Kay y Sam comienzan a sospechar que alguna fuerza sobrenatural puede haber tomado control de la mujer. La pregunta se repite: ¿esta fuerza sobrenatural existe o es sólo el deterioro mental e irreversible de la abuela?


Daniel Isn’t Real

Luke es un chico perturbado que, tras experimentar una serie de traumáticos eventos familiares, crea a Daniel, un amigo imaginario, que lo ayuda a sobrellevar el dolor. Años después en su adolescencia y por otro suceso traumático, Daniel reaparece y lo dota de carisma y cualidades que lo hacen destacar, hasta el punto en el que busca tomar el control y muestra una faceta demoníaca que amenaza con destruir el alma de Luke.

Los problemas psicológicos de Luke desencadenados por todos estos traumas se reflejaron en esquizofrenia, por lo que existe una explicación científica para todo lo que está experimentando, entonces ¿es Daniel una alucinación o un demonio que lo atormenta?



La respuesta que personalmente le encuentro a todas las preguntas previamente planteadas es que cuando una persona mentalmente inestable o susceptible se encuentra con energías sobrenaturales, pueden llegar a presentarse estos casos extremos en los que sí, es todo parte de su enfermedad y de su corrompida percepción, mientras a la vez son víctimas de algo inexplicable. El mejor ejemplo lo encuentro en The Babadook, donde llega un punto en el que es naturalmente imposible que Amelia lo esté imaginando todo mientras, a la vez, es ella quien tiene la capacidad de luchar contra este monstruo y derrotarlo al enfrentar la pérdida de su esposo y el odio que le tenía a su hijo.





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