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Flatliners: ¿Incomprendida o mediocre?

Si todavía no sabemos qué es la vida, ¿cómo puede inquietarnos la esencia de la muerte?

El concepto de Flatliners fue conocido a partir de la publicación de la película original de 1990, donde se relata la historia de un grupo de compañeros médicos que, interesados en descubrir qué hay después de la muerte, se someten a un experimento mortal. Lo cierto es que hoy no hablaremos de esta versión, puesto que no la he visto. Por otro lado, conocí la versión de 2017 del director Joel Schumacher, donde un similar grupo de médicos se somete al mismo experimento. 

Con la actuación de Elliot Page como protagonista (Courtney) y con las participaciones de Nina Dobrev y Diego Luna, entre otros, la película nos presenta a un grupo de cinco estudiantes de medicina que, en una noche, acceden a una de las salas cuya tecnología les permitiría realizar un electroencefalograma del cerebro de Courtney en el momento en el que muera, así como los minutos posteriores antes de que su equipo de compañeros la revivan. Todo esto con el objetivo de obtener más información de lo que sucede en el cerebro una vez que el corazón ha dejado de latir.

Conocí esta película del 2017 sin tener idea que se trataba de un remake y, a primera vista, disfruté del filme y del concepto que trabaja. Es una propuesta intrigante que busca responder a la pregunta de ¿qué hay después de la muerte? donde los personajes que se someten a este experimento obtienen un mayor control de su cerebro y de sus conocimientos, aparentando un descubrimiento exitoso. Sin embargo, al poco tiempo descubren que por haber cruzado la línea entre la vida y la muerte, seres sobrenaturales tenían el poder de cruzar hacia ellos de igual manera.

Si bien considero que es una película bien lograda y palomera que entretendrá al público más casual, Pepe Pulido de código espagueti comparte una opinión bastante popular entre los cinéfilos que llegaron a conocer la versión original de 1990:

La trama pierde el norte al igual que la primera película –pero peor– y una vez más el elenco lleno de estrellas es lo que invita a jóvenes y adultos a pasar 110 minutos pegados a la pantalla, sólo para tratar de entender si se trata de una película de terror donde los resucitados mantienen una conexión con el mundo de los muertos, un drama psicológico en el que nuestros peores actos nos visitan en forma de espectros, o un drama adolescente (con personajes bastante grandecitos) que podría solucionar un niño de secundaria con una mano atada a la espalda.

Al final del día la última palabra la tienes tú: puedes ver esta película y disfrutarla como yo la disfruté, sin darle mayor importancia a los clichés que eventualmente aparecen y apreciando el concepto que presenta a la audiencia, o bien puedes confiar en la opinión de quienes aseguran que es una película que no aporta nada. Puedes encontrarla en Netflix, plataforma que recientemente, como muestra de su apoyo al actor Elliot Page, modificó su viejo nombre en los créditos de todas sus participaciones.

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